Llevando energía eléctrica a las zonas rurales
agosto 03, 2015, Scott Foster
El 15 % de la población mundial vive en el continente africano, pero la tasa de electrificación allí es solo del 42 %. Con todos los avances tecnológicos actuales, resulta sorprendente que todavía haya 1.300 millones de personas en el mundo sin acceso a la electricidad. Además, una gran parte de este grupo, alrededor del 84 %, vive en zonas rurales que no han desarrollado infraestructura o no tienen acceso constante a una que satisfaga sus necesidades energéticas. Estas regiones de África subsahariana prácticamente viven en la oscuridad y necesitan ayuda externa para construir una infraestructura que les permita contar con electricidad.
En Sudáfrica, por ejemplo, la empresa de servicios públicos Eskom—que suministra el 95 % de la electricidad del país—está considerando implementar apagones rotativos controlados diarios. Tienen más de siete millones de personas por conectar a la red, pero la infraestructura no es lo suficientemente robusta como para soportarlas a todas al mismo tiempo.
Problemas como el que enfrenta Eskom son demasiado comunes en los países en desarrollo. Hay utilities que cuentan con energía para distribuir, pero usan tecnologías arcaicas que les impiden llevarla a gran escala. Los dos enfoques más obsoletos en la entrega de energía que afectan a estas empresas son:
- Operar la red de distribución mirando solo las subestaciones. Si ayudamos a las utilities en estas regiones a desplegar tecnología que agregue datos desde los puntos finales (medidores) y puntos intermedios (reconectadores, interruptores, transformadores, etc.), modernizarán significativamente sus operaciones.
- Recoger información de voltaje desde los puntos finales. Esto se relaciona con el punto anterior, pero operar sin esta información crea un punto ciego potencialmente peligroso que puede derivar en apagones y problemas aún peores. La tecnología que permita a las utilities recopilar estos datos marcaría una gran diferencia.
Existen soluciones disponibles. Las compañías eléctricas en África, como Eskom, pueden recurrir a las tecnologías de computación en la nube, incluidas las soluciones de la Delta Smart Grid Network (DSGN™), como una forma de enfrentar directamente los problemas mencionados. La DSGN ofrece potencia informática configurable para que el almacenamiento de datos pueda ampliarse fácilmente a casi cualquier nivel, con el fin de respaldar análisis robustos. La DSGN de Delta permite a las utilities desbloquear una gran cantidad de información que puede reducir los costos operativos y maximizar las inversiones en la región, todo con bajos costos iniciales de implementación. Y si logramos conectar a las utilities africanas a la nube utilizando tecnologías y enfoques de ingeniería modernos, los beneficios para todo el mundo serían infinitos.
Para regiones como el África subsahariana, que por sí sola concentra a 585 millones de personas sin electricidad, la electrificación rural confiable es esencial para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Confiamos en que nuestras soluciones proporcionarán una mejor gestión de la energía en países en desarrollo, como los africanos, aumentando así el potencial de sacarlos del estatus de “tercer mundo” y acercarlos un paso más a disfrutar de las tecnologías que el resto del mundo tiene la suerte de utilizar a diario.