Comprensión de las implicaciones del pulso electromagnético (EMP) en la red eléctrica
enero 23, 2019, Scott Foster
La amenaza de un pulso electromagnético (EMP) no suele estar en la mente de la mayoría, pero es crítica para la protección y supervivencia a largo plazo de la red eléctrica moderna. Entonces, ¿qué es un EMP? Un EMP es “una ráfaga intensa de energía electromagnética causada por una aceleración abrupta y rápida de partículas cargadas, generalmente electrones.”[1] Las causas de un EMP pueden ser naturales (por ejemplo, una supertormenta solar) o un acto de guerra (por ejemplo, un evento nuclear o una bomba de hidrógeno). En cualquiera de los dos casos, el potencial de un EMP para dejar fuera de servicio la red eléctrica en un área geográfica extensa es enorme—y potencialmente catastrófico.
La amenaza para la red eléctrica es real. Las supertormentas solares ocurren cada 100-150 años y es solo cuestión de tiempo antes de que una impacte nuevamente la Tierra. Por otro lado, la amenaza de un EMP nuclear está en consonancia con nuestra sociedad frágil, donde dependemos de la electricidad para absolutamente todo. Naciones rebeldes podrían utilizar un ataque EMP para colapsar la infraestructura doméstica. Un ataque de este tipo afectaría negativamente a infraestructuras críticas (comunicaciones, banca, transporte, alimentos, agua, etc.); nuestros más de 100 reactores no podrían mantenerse refrigerados; el suministro de agua se detendría de inmediato; y la provisión de alimentos sería insuficiente. En esencia, un evento EMP, ya sea natural o como acto de guerra, provocaría un apagón de la red eléctrica norteamericana durante un año, periodo en el cual hasta el 90 % de la población podría morir de hambre y enfermedades.
Proteger la red eléctrica de Norteamérica contra las consecuencias más devastadoras de una interrupción o ataque EMP es relativamente sencillo y requeriría, en su forma más básica, una cantidad mínima de recursos. Según Anthony Furey, “tan solo 8 centavos por mes (menos de 1 dólar por año) cobrados a cada consumidor residencial de electricidad durante un período de cinco años podrían ser suficientes para proporcionar las salvaguardias nacionales básicas para nuestra red eléctrica.”[2] Estas protecciones incluyen sustituir cables de cobre por fibra óptica[3] e instalar elementos como jaulas de Faraday, pararrayos, dispositivos de bloqueo e interceptores espaciales.
Por supuesto, la decisión de reforzar toda la red eléctrica contra la amenaza de un EMP es compleja e involucra múltiples niveles de apoyo. Mientras tanto, estamos evaluando las medidas adecuadas para garantizar que la Delta Smart Grid Network™ esté lo más preparada posible ante cualquier evento EMP.